Esta relación que nunca he perdido con el arte en general, me ha ayudado siempre a entender mejor cualquier circunstancia que ha acontecido a lo largo de mi vida, pues el arte ennoblece nuestros sentimientos y los hace crecer día a día, al tiempo que nosotros nos desarrollamos como personas. Por ello estoy satisfecho, ya que me vais a acompañar a la visita que realizaremos juntos en las próximas páginas. Cuando la terminemos, me gustaría haber podido contagiaros algo de todo lo bueno que tiene hacer una visita al Museo del Prado, aunque al final de esa visita descubramos que no fue real. Porque lo real y lo que no lo es, está solamente en el interior de nuestras mentes. Somos nosotros mismos al final, quienes podemos convertir un sueño en realidad o una realidad en un sueño, igual que hace cualquier artista cuando crea una obra de arte, y también todos nosotros en cualquier faceta de nuestras vidas.